- Sanitat reconoce que el uso generalizado de estos fármacos disparará el gasto sanitario y anuncia que creará una red, como la que ya trabaja GIDO, para compartir información clínica entre centros
- GIDO reflexiona sobre la reproductibilidad y efectividad del primer biomarcador de inmunoterapia y sobre si su incorporación permite hablar ya de ‘medicina de precisión’
- El cáncer de pulmón es la segunda causa de cáncer en hombres ( 14.6%) tras la próstata pero la primera de mortalidad. En mujeres es el quinto con mayor incidencia ( 4.9%) y el tercero en mortalidad
Valencia, 24-3-2017.- La inmunoterapia se ha añadido en los últimos años al arsenal terapéutico contra el cáncer de pulmón, que ya contaba con la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia y las terapias diana. Ante el rápida desarrollo de estos tratamientos, GIDO (Grup de Investigació i Divulgació Oncològica, una asociación multidisciplinar que integra a oncólogos médicos y otros especialistas que tratan el cáncer de pulmón en 19 hospitales públicos de la red valenciana de salud) celebró recientemente un congreso al respecto en el Hospital General Universitario de Valencia. El encuentro sirvió para debatir el alcance de estas novedosas terapias, la conveniencia o no de su generalización o la forma en la que se deberá afrontar el alto coste de su financiación. El debate generado puso el acento en la necesidad de coordinar la información sobre el tratamiento de estos pacientes en los diferentes hospitales. El propio subdirector general de Optimización e Integración de la Conselleria de Sanitat Universal, José Manuel Ventura, se comprometió a impulsar el “trabajo en red” (entre centros) para “compartir información y optimizar recursos” porque se es consciente de que el éxito de estas terapias “cronificará la enfermedad y disparará el gasto farmacéutico”. GIDO, de hecho, ya viene trabajando en un proyecto a este respecto.
Como destacó a la conclusión de la jornada el Dr. Alfonso Berrocal, jefe de sección de Oncología del hospital que acogió el evento, la inmunoterapia tiene “indudables ventajas, como la especificidad que hace que el daño a los tejidos sanos sea mínimo”, o la ‘memoria inmunológica’, ya que “una vez convenientemente estimulado, el sistema será capaz de seguir reconociendo el tumor y destruirlo”. Así pues y en buena parte de los casos, los pacientes tratados con inmunoterapia ven prolongada su esperanza de vida. En cambio, este beneficio no alcanza a todos los enfermos por lo que se requiere aún de una intensa investigación para conocer los factores que hacen que unos pacientes se beneficien y otros sean resistentes.
El grupo de fármacos más recientemente incorporado son los anticuerpos que actúan sobre los receptores de la proteína PD1/PDL1 (reguladores de la inmunidad). Es éste (PDL1) el único marcador hasta ahora determinado que expresan las células para evitar ser atacadas por el sistema inmunológico. “El bloqueo de estos receptores va a aumentar el reconocimiento del tumor por el sistema inmunológico por lo que será destruido”, insistió el Dr. Jordi Remón, del Instituto de Oncología Vall de Hebrón. Nivolumab y Pembrolizumab son dos de estos fármacos recientemente aprobados para el cáncer de pulmón.
Pero, con presentar en muchos casos una mejor aceptación que la quimio por parte del paciente, “hace falta aún asentar nuevos conceptos, como su perfil de toxicidad, para mejorar así el nivel de respuesta”, matizó el Dr. José García, del Hospital Universitario Arnau de Vilanova. Efectivamente, los tratamientos de inmunoterapia pueden presentar efectos secundarios específicos derivados de la “estimulación del sistema inmune, que puede llegar a confundir los tejidos y órganos propios como ajenos y desarrollar una inflamación de esos órganos”, explicó el oncólogo para acabar concretando los más frecuentes: erupciones cutáneas o picor de piel, diarrea, inflamación del hígado y alteraciones hormonales.
La incorporación de estas terapias y su posible combinación con las herramientas ‘clásicas’ como la quimioterapia, la radioterapia o cirugía fue el objeto de la ponencia primera de la Dra. Regina Gironés, del Hospital Lluís Alcanyís (Xàtiva, Valencia) pero también focalizó el debate posterior sobre ‘Medicina de precisión en época de crisis’ que moderó el Dr. Carlos Camps, presidente de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA). Tratándose de medicamentos -los de inmunoterapia- catalogados por la regulación autonómica valenciana como ‘de alto impacto sanitario y económico’, GIDO quiso involucrar en el debate a cinco actuales miembros del SAISE (Subcomité de Evaluación en Cáncer para Medicamentos de Alto Impacto Económico de la Agencia Valenciana de la Salud). Y fueron estos expertos los que remarcaron la conveniencia de, antes de generalizar estos tratamientos, profundizar en el intercambio de información clínica sobre pacientes para así definir su histología (la estructura tisular de los tumores), su determinación genómica, estado de la enfermedad en el momento del diagnóstico o para compartir información sobre los diferentes marcadores predictivos de respuesta. Sólo así, concluyeron, se logrará una mejor selección de los pacientes que responderán más y mejor a la inmunoterapia.
Llegado este punto y después de que el representante de la conselleria se comprometiese a apoyar tal iniciativa, el presidente de GIDO, el oncólogo Oscar Juan Vidal, informó del proyecto EDETA, que ya ha avanzado en la recopilación a través de sus asociados de todo este tipo de datos. EDETA recoge pues información clínica real sobre los pacientes de cáncer de pulmón de la Comunidad Valenciana. El objetivo es disponer de una información global sobre los tratamientos concretos y los resultados obtenidos que vaya más allá de los datos sesgados aportados por los ensayos clínicos, que no consideran ni al 5% de los enfermos.
Segunda causa de cáncer
Según los últimos datos oficiales, el cáncer de pulmón supone en la Comunidad Valenciana la segunda causa de cáncer en hombres (14.6%), tras el de próstata pero la primera en mortalidad. En mujeres, es el quinto en incidencia (4.9%), pero el tercero en mortalidad. Con distintos porcentajes, la situación es idéntica a nivel nacional